Desde hace un tiempo que estoy inmerso en el descubrimiento y el intento de aplicar nuevas tecnologías al proceso de aprendizaje en los cursos que tengo a mi cargo en la Escuela de Negocios de la Universidad de Palermo. Digo que intento aplicar cosas nuevas, ya que digamos que es bastante difícil salir de las herramientas tradicionales de aprendizaje presencial dentro de las cuatro paredes de un aula, siendo que entiendo que el Powerpoint no es más que un mero upgrade tecnológico que acepta como antecedentes a la tiza y el pizarron, el rotafolio y los marcadores, más cerca un retroproyector y filminas, luego la venerada herramienta de Microsoft, y en la actualidad, con poca difusión todavía, Prezi.
Desde mi punto de vista, el rol que se le asigna a las tecnologías en el proceso educativo esta sobredimensionado. Creo que el proceso de aprendizaje del ser humano, la posibilidad de incorporar y aprehender nuevos conocimientos, esquemas y modelos con la consecuente posibilidad de operar en el mundo, es básicamente igual desde siempre, más allá de las tecnologías que se apliquen al mismo. Y pensar que el hecho de dar a los alumnos acceso a Internet con un netbook, al estilo OLPC, va a generar grandes cambios en los resultados, a menos que haya una mejora cualitativa en la institución educativa en general, me parece simplista y desacertado.
Desde mi punto de vista, el rol que se le asigna a las tecnologías en el proceso educativo esta sobredimensionado. Creo que el proceso de aprendizaje del ser humano, la posibilidad de incorporar y aprehender nuevos conocimientos, esquemas y modelos con la consecuente posibilidad de operar en el mundo, es básicamente igual desde siempre, más allá de las tecnologías que se apliquen al mismo. Y pensar que el hecho de dar a los alumnos acceso a Internet con un netbook, al estilo OLPC, va a generar grandes cambios en los resultados, a menos que haya una mejora cualitativa en la institución educativa en general, me parece simplista y desacertado.
Con esto, quiero decir que ensarzarnos en discusiones metafísicas respecto a los cambios que traerá en el proceso de aprendizaje, por ejemplo, el uso de mundos virtuales al estilo Second Life, es realmente una cuestión de segundo plano y que nos distrae de lo más importante: el aprendiz, su situación y las conversaciones que potencialmente puedan generar un aprendizaje activo para el (no) estudiante, en el marco de la institución educativa que lo guía.
Dicho esto, déjenme ser justo, y decir que evidentemente la aplicación de nuevas tecnologías en la Educación, tiene un impacto relevante...pero no en el proceso de aprendizaje, que como he dicho para mi se mantiene invariable, sino en factores coadyuvantes al mismo, tales como la eficiencia de captación de los conocimientos, el grado de participación del que aprende en el mismo, la capacidad de establecer un entorno colaborativo de creación de ese proceso, un mayor grado de atención por parte de la audiencia, conversaciones mucho más enriquecedoras, etc.
En el camino de tratar de entender esto, es que hoy me enfoco más en pensar cuáles son las dinámicas de aprendizaje que maximicen la posibilidad de aprender usando un medio en particular (ya sea el pizarrón y la tiza, o Second Life), más que en el proceso de selección del medio mismo, que me parece algo secundario (es importante, pero nunca más que el contenido mismo).
De esta manera, hago propias las palabras de Hernán Casciari en el cierre de EBE 2008, donde auguraba la muerte de los bloggers, y digo que la virtualidad en la Educación también tiene fecha de caducidad...lo que importa es el proceso y las conversaciones.
Les dejo la charla de H. Casciari en ese evento, muy interesante su punto de vista.
EBE 08 - Conferencia de clausura (Hernán Casciari) from Evento Blog España on Vimeo.
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