domingo, 22 de agosto de 2010

¿Cómo cambian los ingresos a lo largo de una carrera?

A lo largo de varios años, debo reconocer que la manera que tengo de pensar, entender y valorar mis ingresos se ha ido modificando, y creo que no debo ser el único (de hecho, mucha de la gente que ha trabajado conmigo en diferentes equipos, también me confirman que han pasado por las mismas situaciones).

Cuando uno sale al mercado laboral y consigue su primer trabajo, la única preocupación que tiene es que le paguen. Digamos que no importa mucho cuanto, si no acostumbrarse a ese rito sagrado mensual de ver el sueldo acreditado en la cuenta (aproximadamente el 90% de los universitarios argentinos se ven trabajando en multinacionales al terminar sus carreras, así que acepto que esto no aplica al 10% emprendedores natos). En ese momento, uno suele ganar tan poco que no se preocupa por las minucias del sueldo bruto y del sueldo neto, ya que la diferencia suele ser bastante directa y fácil de calcular…y de esta manera, empezamos a pensar de manera errada desde el inicio.
Es posible que transitemos así los primeros 5 años de nuestras carreras, teniendo en mente un horizonte temporal mensual, y una valorización neta percibida (lo que recibimos en la cuenta todos los meses) de nuestro sueldo.

Y ahí empiezan los problemas...con un poco de fortuna crecemos y ganamos sueldos mayores, hasta el punto en que por diferentes razones (topes de deducciones salariales, impuesto a las ganancias, etc), nuestro sueldo neto deja de ser una figura tan clara. He visto muchos profesionales avanzados pedir un aumento de sueldo o buscar trabajo, con el sueldo neto mensual deseado como única meta en sus cabezas…y es lógico, pero no es como el mundo se mueve, donde el sueldo bruto y el costo empresa es de lo que se discute en las áreas de RRHH.

Supongamos que pasamos ese primer escollo, hacemos el cambio y empezamos a pensar en el salario bruto y entendemos todos los vericuetos que hacen que un interesante sueldo bruto se convierta en la cifra que recibimos mes a mes. Entonces seguimos creciendo, y llegamos a la tan esperada remuneración variable…y ahí es donde vuelve a caerse nuestro mundo de flujos de fondos fijos y mensuales…repentinamente, para entender lo que realmente ganamos, tenemos que pensar con un horizonte anual, el cual nos obliga a tener una visión de nuestros ingresos que nunca hemos contemplado y que creo que pocos logran alguna vez incorporar, en detrimento de maximizar su salario anual, y lo que ganan en última instancia.


Si siguen adelante en su carrera y en algún momento deciden independizarse y pasar al mundo tan publicitado hoy en los diferentes MBAs del entrepreneurship y el self-employment, dos nuevos desafíos los esperan. Olvidar la uniformidad en el monto que ingresa a sus cuentas corrientes, y tal vez el más difícil, la cadencia mensual del flujo de fondos. Todo un desafío psicológico.

Si llegaron hasta acá en el post, es porque han vivido, o al menos reconocen, todos estos pasos en sus vidas laborales…desde el principio deberían indicarnos que es mejor pensar términos de sueldo bruto, planificando un objetivo anual de ingresos y gastos (y con suerte, también ahorros), que el trabajo en relación de dependencia tiene las ventajas de la uniformidad y periodicidad del ingreso, pero que existe otro mundo, con otras ventajas, donde pueden ser sus propios jefes.

En varios momentos de nuestras vidas agradeceríamos que alguien lo hubiera hecho.

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