martes, 1 de enero de 2013

Woodland: No Questions Asked...eso es confianza.


Martinez me gusta en particular porque tiene un centro comercial que creo no abundan, o al menos, no los conozco. Los negocios siguen manteniendo esa idea de barrio, aunque también hay grandes marcas. Se mantiene muy bien (más que nada teniendo a Unicenter tan cerca), y tiene dos espacios bien diferenciados, más comercial cruzando las vías, más boutique si uno se queda del lado de Avenida del Libertador. 

Y tiene algunos lugares que son, al menos para mí, emblemáticos. Glück es uno de ellos...un café donde cada vez que puedo, coordino con algún cliente para encontrarnos allí. Me queda cerca de casa, el lugar es muy ameno, te tratan bien (cosa rara, ¿no?), los precios para estos tiempos inflacionarios que vivimos son correctos, y el acceso a internet es fiable. Una excelente oficina para mi nueva vida de profesional nómade.

Elbita es otro lugar diferente. Las mejores pastas que he comido son de allí, y también tienen algunas extensiones gastronómicas que nos han sacado de más de un aprieto, por ejemplo, con sus pizzas.

La Boutique del Libro está simplemente fuera de lo común. Les dejo un post de un amigo al respecto, ya que abundan mis palabras...

Y finalmente, el lugar del que quiero contarles algo, Woodland. Es una casa de zapatos, nacida en Martinez, o sea que es bien representativa del barrio. Compite con el local de FEBO que está en frente, cruzando la calle Alvear. Su producto principal son los zapatos 24 Horas, que como indica su nombre, están pensados para el hombre que trabaja todo el día con los zapatos puestos (y dicho por mi, cansado que los zapatos de FEBO nunca terminen de ajustarse a la horma y siempre queden incómodos). Yo siempre compraba en la casa de en frente, por costumbre, hasta que conocí Woodland, y confié en una marca de barrio. 

Compré mis primeros 24 Horas hace un año, y estaba feliz...calzaban perfecto, eran muy cómodos, la atención había sido muy buena, y el precio era un 30% más barato que cualquiera de FEBO...tenían un pequeño detalle en el engarce del taco, pero no le dí importancia. Una gran decisión, desde todo punto de vista. 

A los seis meses, empecé a notar que la suela en el taco se despegaba un poco. Unos meses después ya era notorio, así que empecé a arrepentirme de mi decisión: "lo barato sale caro", "marcas de barrio", "para qué cambié"...sin embargo, decidí darles una oportunidad y fuí al negocio de Martinez. Debo confesar que no tenía ninguna expectativa...de nada. Iba a que me dieran todas las excusas del mundo, aún las defendibles..."esto no ha pasado nunca"..."¿qué uso le dió Ud. a los zapatos?"...,"ya pasó un año...", "y, son 24 horas, pero no van a durar toda la vida", y un largo etcétera...

Sin embargo, entré y hablé con la misma persona que me los había vendido. Creo que me reconoció, pero realmente, no importa mucho...ella actuó como si me hubiese reconocido como Cliente. Le conté lo que había pasado, la compra, el taco, el engarce, se fue despegando...y no me preguntó nada...eso, nada...tomó mis zapatos, me pidió algunos días para hablar con la fábrica y ver qué podía haber pasado...sin preguntas, sin excusas, me creyó por ser Cliente, sin más...y a la semana, me devolvían mis zapatos en perfecto estado, lustrados y como nuevos, frente a mi sorpresa absoluta por este hecho.

Piensen por un minuto en una concesionaria de autos y perciban el abismo frente a problemas básicamente similares. 

Volviendo a Woodland y a Martinez, sigo recomendando comprar zapatos de hombre de esta marca, ahora aún más que antes...son una pequeña empresa, pero piensan en grande. Las cosas fundamentales, las tienen sorprendentemente claras. 

Los zapatos de mujer no los conozco, pero para las lectoras de este blog, me atrevo también a recomendarlos.

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